miércoles, 20 de abril de 2011

Sobre los autores de los poemas, Juan Ramón Jimenez

Poeta español y premio Nobel de Literatura. Nació en Moguer (Huelva), y estudió en la Universidad de Sevilla. Los poemas de Rubén Darío, el miembro más destacado del modernismo en la poesía española, le conmovieron especialmente en su juventud.

En 1900 publicó sus dos primeros libros de textos: Ninfeas y Almas de violeta. Poco después se instalaría en Madrid, haciendo varios viajes a Francia y luego a Estados Unidos, donde se casó con la que ya sería su compañera ejemplar de toda la vida, Zenobia Camprubí. En 1936, al estallar la Guerra Civil española se vio obligado a abandonar España. Estados Unidos, Cuba y Puerto Rico, fueron sus sucesivos lugares de residencia. Moriría en este último país, donde recibió ya casi moribundo la noticia de la concesión del Premio Nobel.

La obra poética de Juan Ramón Jiménez es muy numerosa, con libros que a lo largo de su vida, en un afán constante de superación, fue repudiando o de los que salvaba algún poema, casi siempre retocado en sus sucesivas selecciones. Las principales son Poesías escogidas (1917), Segunda antología poética (1922), Canción (1936) y Tercera antología (1957).

Diario de un poeta recién casado (1917), escrito básicamente durante su viaje a Estados Unidos, donde conoció y se casó con Zenobia, es uno de los grandes libros de la poesía española. 

Su libro escrito en prosa poética -y al que le debe gran parte de su fama universal- es Platero y yo (1917), donde funde fantasía y realismo en las relaciones de un hombre y su asno. Es el libro español traducido a más lenguas del mundo, junto con Don Quijote de Miguel de Cervantes. 

Quizás no haya otra figura en la historia de la literatura española contemporánea que haya sufrido tantos encasillamientos empobrecedores como la de Juan Ramón Jiménez. Algunos menos justificados que otros, pero todos igualmente reveladores de una imagen simplificadora de lo que seguramente es la obra poética más compleja y contradictoria de la poesía española del xx. Junto a otros muchos motivos, parte de esa visión simplificada y empobrecida se debe quizás a un hecho insólito pero cierto. A estas alturas todavía hay una parte considerable de la obra juanramoniana que resulta desconocida para los lectores. Son bastantes los textos y proyectos de libros —sobre todo de prosa— que permanecen inéditos. Desde hace años se viene reclamando una urgente y rigurosa labor de crítica textual que ponga orden en el complejo mundo de las ediciones juanramonianas. Afortunadamente varios especialistas en su obra trabajan desde hace tiempo en esta dirección, sacando a la luz proyectos de libros que el autor dejó sin publicar a su muerte, y que una y otra vez nos sorprenden al mostrarnos a un Juan Ramón desconocido e inédito.


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