miércoles, 20 de abril de 2011

ACTUAR Y DIRIGIR

La posición de actor es frágil, poblada de inseguridades. Una de las principales responsabilidades del director de escena es hacerse cargo de gestionar la fragilidad del actor. Una tarea delicada, que muchos directores desdeñan, atentos a imponer a toda costa el brillo de sus ideas. Estar al mismo tiempo en las dos posiciones complica la vida bastante. Hasta ahora, en el proceso de organización del desarrollo de la acción, en esbozo, he llevado pasablemente el reto. A la hora de entrar en detalles, crecen los riesgos. Afortunadamente, ha podido ya incorporarse a los ensayos Javier Anós (hoy acompañado por Saúl Esclarín), que continuará aportando esa visión externa imprescindible, con el valor añadido de la confianza y de una larga colaboración teatral. Aparte de su especialización en el campo de la iluminación, nunca deja de tener una visión general del espectáculo. Ya en este primer ensayo hemos concretado algunas cosas y dado un giro a otras. Particularmente hemos probado nuevos aspectos en la relación escénica con José Luis Romeo, que estaba un tanto en el aire hasta el momento. Me siento, al menos, un poco menos inseguro.

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