sábado, 23 de abril de 2011

RESPIRAR


Hemos culminado una nueva etapa (penúltima). El esquema ha ido perdiendo carácter esquemático. Sobre el esqueleto va creciendo carne y sangre. Vamos encontrando un delicado equilibrio entre acción e inacción, cambio y continuidad, palabra, música y silencio.

Llenar y vaciar: respirar. Que el espectador respire con nosotros. Que los objetos cumplan su presencia sin saturar significados. Que el movimiento surja de la quietud, y la quietud del movimiento. Que el espacio se estire, se recoja, se pueble y se despueble de formas y colores.

Conjurar los peligros de la redundancia, las tentaciones de ilustrar: lo que se dice ya se dice, no hay peor cosa que añadirle estampitas. No dar tampoco, por exceso de precaución, en la desconexión completa, caprichosa. Mantener un hilo, sinuoso, entre lo abierto por completo y lo por completo cerrado. No rehuir por sistema ni lo sutil ni lo directo. Cuestión de dosis, bálsamo o veneno.

(Foto de ensayo, de Saúl Esclarín)

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